Las ciudades están afrontando en todo el mundo enormes desafíos demográficos. Se espera que en 2030, un 60% de la población mundial resida en áreas urbanas. Y este acelerado crecimiento está desbordando nuestra capacidad de planificación y de respuesta.
El próximo lunes, 1 de octubre, se celebra el Día Mundial del Hábitat, con el que Naciones Unidas quiere estimular cada año una reflexión sobre los derechos y obligaciones que debemos incorporar a nuestro patrón de vida para una adecuada relación con el entorno que la hace posible, al tiempo que nos recuerda que ello nos hace responsables de un futuro que modelamos colectivamente.
Este año, el Día Mundial del Hábitat nos alerta sobre la gestión de los residuos. En la medida en que nuestras basuras aumentan progresivamente –el Banco Mundial acaba de apuntar que la generación de residuos crecerá un 70% en los próximos años-, se incrementa exponencialmente su contribución al deterioro del medio ambiente, en menoscabo de nuestra salud y nuestra calidad de vida, al tiempo que sus emisiones de gases de efecto invernadero acentúan el impacto climático.
Constatamos así que el actual patrón de crecimiento económico se ha revelado insostenible, y que es necesario sustituirlo por un modelo de desarrollo basado en el uso óptimo de recursos, materias y productos; reduciendo al mínimo la generación de residuos.
La transición de una economía lineal a una economía circular viene impuesta por el hecho de que, según las previsiones de Naciones Unidas, la población mundial crecerá hasta los 9.100 millones de personas en 2050, y con esta cifra harían falta casi 3 planetas Tierra para proporcionar los recursos naturales que nuestros ritmos de consumo actuales demandarían.
Según los últimos datos aportados por Eurostat, en 2014 se generaron en la UE 2.502 millones de toneladas de residuos, de los que únicamente se reaprovecharon 900 millones (un 36%). Y en España 111 millones de toneladas de residuos, con una tasa de reciclaje del 24,32%, ¡más de 10 puntos por debajo de la media europea!
Además de los beneficios ambientales que se derivan de una adecuada gestión de los residuos respecto a la protección del suelo, de las aguas, del aire o del clima, la Comisión Europea estima que la economía circular proporcionará importantes beneficios económicos y sociales. Según sus proyecciones, de aquí a 2030 la economía circular podría generar un
beneficio de 1,8 billones de euros en el conjunto de la UE, lo que supondría 0,9 billones más que el actual modelo de economía lineal; la industria podría ahorrarse 600.000 millones de euros en materias primas; y podrían crearse 580.000 nuevos puestos de trabajo.
Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Países Bajos o Portugal han diseñado ya sus planes de acción de economía circular, transponiendo el marco comunitario a sus características económicas y sociales, y a sus capacidades productivas y energéticas, adaptándolas a sus límites naturales. Nuestro país, por el contrario, acumula un serio déficit como consecuencia del retroceso sufrido por las políticas ambientales tras siete años de gobierno del PP. Hemos de recuperar los años perdidos en la lucha contra el cambio climático, en la protección de la calidad del aire y el agua, en la preservación de la biodiversidad, y también en una correcta gestión de los residuos, hoy seriamente cuestionada por la Comisión Europea.
En este Día Mundial del Hábitat, el PSOE quiere reafirmar su apuesta de Gobierno por la transición ecológica. Porque entendemos que no hay economía posible sin ecología responsable, reiteramos nuestra apuesta por un nuevo modelo productivo generador de un progreso seguro, más justo y más duradero.