El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de la Naciones Unidas, en su resolución 45/106, designó el día 1º de octubre como Día Internacional del as Personas Mayores, con la misión de dar visibilidad y concienciar a la sociedad sobre el fenómeno del envejecimiento de la población. Un año más, el Partido Socialista se suma a esta celebración, reiterando su compromiso con las personas mayores y las políticas de envejecimiento activo y solidaridad intergeneracional que mejoren la salud, la participación y la seguridad de las personas mayores, y aseguren que las generaciones futuras tengan el mismo o mayor acceso a los recursos sociales y económicos que la generación actual.
El envejecimiento de la población no es un problema social a priori, será un problema para los países que no adopten las medidas necesarias para gestionar bien esta nueva realidad social. En España y en Europa, todo el mundo aspiramos a envejecer y a hacerlo con todos los derechos y garantías de bienestar. El envejecimiento es un logro de progreso de nuestras sociedades y alcanzar una esperanza de vida que cada día se acerca más a los cien años, implica cambios en la sanidad, la educación, la economía, el sistema de pensiones, las políticas de bienestar social, las políticas familiares, las políticas culturales y de ocio, que tendrán que dar respuesta a las aspiraciones y necesidades de las personas en todas las etapas de la vida. Por ello consideramos que la tramitación en este momento de la proposición de ley que el GPS ha presentado en el Congreso de los Diputaos ofrece una oportunidad excelente para afrontar las medidas sobre discriminación e igualdad de trato por edad. Consideramos también un buen ejemplo de nuestra propuesta sobre la visión para las personas mayores, la composición intergeneracional del Gobierno de Pedro Sánchez.
Por todo ello, el Partido Socialista, como ha ocurrido a lo largo de su historia, se compromete a liderar ese debate desde la perspectiva de los derechos de las personas mayores, del reconocimiento de esta nueva sociedad intergeneracional, siendo innovadores en propuestas y medidas electorales que vayan encaminadas a nuevos modelos de vida, de relaciones intergeneracionales, de alternativas a las necesidades del cuidado, y facilitadoras de un modelo de democracia activa y participativa, donde nadie se sienta excluido por motivos de su edad.
Si fue el PSOE el partido que modernizó al país garantizando las pensiones que procuraban una vejez digna y aseguraban la independencia de las personas mayores, también debe ser el PSOE el partido que elimine las cargas actuales a las que debe hacer frente. El gran reto de los Estados modernos es el mantenimiento presente y futuro de las pensiones públicas de jubilación, que debido al desequilibrio entre ingresos y gastos de la Seguridad Social, se ve gravemente amenazado. Este desequilibrio, que tiene su causa y origen en la insuficiencia de los ingresos y no en la evolución del gasto, que se ha mantenido en niveles muy moderados a lo largo de los últimos años, afecta ya al poder adquisitivo de nuestros jubilados debido al tope establecido para el crecimiento de las pensiones. Garantizar un sistema público de pensiones dignas en el que las personas mayores no pierdan poder adquisitivo; ligando las pensiones al IPC y garantizándolas en los presupuestos, son los principales objetivos del Partido Socialista.
También, entre las prioridades del Partido Socialista está el desarrollo de políticas específicas para los mayores en riesgo de sufrir doble discriminación (en situación de dependencia, LGTBI, inmigrantes…). Y como partido feminista, nos preocupa la vulnerabilidad económica y social de las mujeres durante la vejez, que trasladan la brecha salarial de la vida laboral a la cuantía de la pensión de jubilación y, en especial, el sistema de cobertura de las pensiones de viudedad. Igualmente debemos garantizar la atención a las persona mayores con discapacidad con servicios públicos adecuados a sus necesidades y asegurando la dignidad en el trato.
Para el PSOE es imprescindible plantearse nuevos objetivos para los mayores, con la puesta en marcha de políticas que sean capaces de incorporar el activo que supone para la sociedad el conocimiento y la experiencia acumulada a lo largo de los años por estas personas. Precisamos fomentar el envejecimiento activo que tiene un doble efecto positivo. Por un lado, la sociedad se beneficia de las capacidades, el conocimiento y la experiencia que acumulan sus mayores. Y por otro, es una inversión en salud porque contribuye a retrasar la llegada de las incapacidades y dependencias suponiendo, por tanto, la reducción del gasto sanitario y un beneficio para la sociedad en su conjunto.
Los asuntos que afectan a las personas mayores, afectan también a sus hijos y a sus familias, afectan al modelo social y por ello las propuestas han de debatirse y plantearse desde una perspectiva integral. Algunas tienen que ver con rediseño de políticas públicas, pero otras muchas, simplemente tienen que ver con el modelo de sociedad que diseñemos en nuestro programa electoral. Lo que está claro es que no podemos hablar sólo de pensiones y de ley de dependencia cuando queramos referirnos políticamente a las personas mayores. Los mensajes y las propuestas tienen que ver con otro relato porque las personas mayores ya han dejado de ser un colectivo. Las personas mayores de 65 años, son un grupo muy heterogéneo de nuestra sociedad y su realidad no está marcada por su edad o sólo por su edad.
En definitiva, el PSOE promueve sumarse al proyecto de la OMS sobre “ciudades amigables con las personas mayores”, ciudades que se comprometen en avanzar progresivamente para que el entorno sea cada día más fácil y amable, mejorar el mantenimiento del mobiliario urbano, el disfrute de espacios verdes, la limpieza, la seguridad y la accesibilidad. Crear y mantener espacios públicos de convivencia intergeneracional, evitando la creación de guetos por edades.
La Declaración Universal de Derechos Humanos en su Artículo 1 indica que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Los derechos a la libertad, a la igualdad y a la dignidad no cambian con la vejez. El 20 de Septiembre de 2017 el grupo parlamentario en el 2017 el PSOE presentó una moción en el senado defendida por la actual ministra de Sanidad, bienestar y consumo, proponiendo la adhesión del Reino de España a apoyar las iniciativas de la comunidad internacional para lograr una Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores como instrumento jurídicamente vinculante que promueva, proteja y asegure el pleno goce y el ejercicio de los derechos humanos de las personas mayores. Los socialistas consideramos que es el momento de reconocer que la persona, a medida que envejece, debe seguir disfrutando de una vida plena, independiente y autónoma, con salud, seguridad, integración y participación activa en las esferas económicas, social, cultural y política, como establece el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humano.
El PSOE considera que ha llegado, por tanto, la hora de una convención internacional sobre los derechos de las personas mayores a vivir libres de violencia, abuso y abandono, ya que estos derechos no están adecuadamente protegidos en el Derecho Internacional, ni en la legislación nacional de muchos países, lo que supone una “brecha normativa”.
Por ello, apoya las iniciativas de la Comunidad Internacional para lograr una Convención Internacional auspiciada por Naciones Unidas como instrumento jurídicamente vinculante que promueva, proteja y asegure el pleno goce y el ejercicio de los derechos humanos de las personas mayores. Asimismo, reconozca que la persona, a medida que envejezca, debe seguir disfrutando de una vida plena, independiente y autónoma, con salud, seguridad, integración y participación activa en las esferas económica, social, cultural y política.
1 de octubre de 2018